La propuesta que presentamos pretende abordar un tema de actualidad dentro de la reflexión sobre el papel del historiador en la sociedad: “la historia pública”. Aunque surge en Estados Unidos y en Canadá en la década de los sesentas, su desarrollo en América Latina apenas comienza. El primer congreso internacional, a nivel continental, se llevó a cabo en Brasil en el año 2012. Más que una disciplina, la historia pública constituye una metodología, un movimiento y un enfoque centrado en la audiencia y comprende un amplio rango de actividades llevadas a cabo por historiadores o personas con formación en las ciencias humanas que buscan llegar con aspectos del saber histórico a un público más amplio. Entre los espacios privilegiados para estas acciones están los museos, los archivos o las bibliotecas.
A partir de lo anterior, se puede establecer que las fronteras de la historia pública son flexibles. Organizar exposiciones, publicar en medios electrónicos, crear blogs, diseñar recorridos históricos y guías de viaje, impartir conferencias públicas, y escribir libros diseñados para el público en general, son entre muchas otras, acciones que tienen como sentido práctico establecer una relación directa con la comunidad. Todas ellas pueden contribuir a la divulgación del patrimonio cultural, la recreación histórica, la resolución de problemas sociales mediante el uso de testimonios en procesos de memoria histórica o postconflicto, por citar algunos de sus alcances. Su trabajo está en la intersección entre lo académico y los diversos públicos. Lo novedoso de su propuesta radica en buscar poner el saber histórico a disposición de la gente que está por fuera de la academia, por lo que hace hincapié en la importancia de las habilidades de gestión administrativa, como planificación del presupuesto, informática, aprovechamiento de los saberes de la comunidad, comercialización o recaudación de fondos.
Entre los temas a tratar: